19 agosto 2013

Día 11: Don Det

Nos levantamos con un hambre atroz y un poco empanadas, totalmente integradas al modus vivendis de la isla. No despedimos de las niñas con la promesa de reencontrarnos al día siguiente por la noche en Luang Prabang, al norte de Laos, el destino era el mismo pero ellas viajaban por tierra y nosotras por aire.
Mel y su nuevo amigo


Tuvimos una mañana muy poco productiva, de la hamaca a la silla y de la silla a la cama, hasta que nos comimos un rico pescado del Mekong que nos hizo revivir. Paseamos entre campos de arroz y fuimos a una terraza preparadas para ver otro atardecer espectacular. Pero no fue así, fue bonito pero del montón.
Mar y los campos de arroz
De ahí  fuimos a por otro masaje, porque nosotras lo valemos (esto aún no lo habíamos dicho, no?). Esta vez nos hicimos un masaje laosiano de cuerpo entero y quedamos la mar de satisfechas. ¡Qué mal suena esto!

Pinchamos en la cena porque todo tenía un sabor raruno, pero unas veces se pierde y otras se gana. Nos fuimos a dormir exhaustas de no hacer nada. Así son las 4000 islas...
Hombre estresado entre campos de arroz
Vamos a poner fotos para rellenar el post más corto del viaje

Plácida vida en las 4.000 islas




No hay comentarios: