12 agosto 2013

Día 7: Phnom Penh

Decidimos visitar la ciudad desde una bicicleta (dos dólares por bicicleta y día). Nos estudiamos bien el mapa para ir por las calles poco concurridas, aunque en alguna ocasión nos vimos envueltas entre motos, tuk-tuks, coches y pitidos. En este país no entienden de normas de tráfico. 
Con bici...

La primera parada del día fue el museo Tuol Sleng (2$), una escuela que se convirtió en cárcel y centro de torturas en la época de los jémeres rojos. La visita al museo es muy dura ya que, a través de las fotos de las víctimas, las salas de torturas y las celdas asfixiantes te haces una pequeña idea del horror que allí se vivió. Sólo siete personas, de las más de doce mil que pasaron por allí, salieron con vida.

De ahí lo normal es hacer una visita a las Killing Fields que es donde mataban a los prisioneros, pero nosotras ya habíamos visto suficiente.

...y a lo loco!
La siguiente parada era el Psar Thmei, o lo que es lo mismo: el mercado central. Antes hicimos algo típico de cualquier viaje que se precie: cambiar planes. Decidimos coger un avión de Pakse a Luang Prabang para así ganar un día. Ganamos en comodidad y perdimos en ahorros pero fue una buena decisión, sin duda. Una vez en el mercado nos dedicamos a nuestra afición favorita: comer. La zona de comida es inmensa. Probamos algunas cosas y decidimos volver al día siguiente aunque al final no pudo ser...ya contaremos por qué.

El mercado de Psar Thmei
Ummm... deliciosos rollitos de pasta de arroz con verduras

 Volvimos al hotel agotadas con Mar un poco mosca por su incipiente malestar estomacal. Poco después se confirmaron sus temores: había pillado algo y todo lo que comía salía al cabo de unos segundo...diarrea aguda vamos. Entre esto y la poca animación de los bares nuestra noche fue muy tranquila, a pesar de que habíamos augurado una gran noche de marcha.
La noche me confunde...

No hay comentarios: