"Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina".
Lo dijo el bueno de Hipócrates, un famoso médico de
la antigua Grecia considerado el padre de la medicina. Y teniendo en cuenta que vivió
hasta los 90 años, que en aquella época debía considerarse casi inmortal, el hombre
parece que sabía de lo que hablaba.
Por eso la receta de hoy no sólo es un placer para
el paladar, sino que además tiene propiedades medicinales que pueden curarnos
de un catarro, dolor de garganta o mal de amores (si se toma acompañado de un
buen amigo y unas risas). Las propiedades curativas de este postre se
justifican principalmente en que contienen algunos de los ingredientes más
saludables para nuestro organismo, como manzanas (ya se sabe que “One apple a day
keeps the doctor away”), limón, miel y pasas.
¡Sed creativos en vuestra decoración! |
Como esto se está pareciendo más al programa Saber
Vivir que a un blog de chicas modernas, desenfadadas y faranduleras, paso a
dictaros la receta, ¡hay una reputación que mantener!
Los ingredientes no podían ser más económicos y
fáciles de encontrar, no necesitaréis gelatina de algas del pacífico o jarabe
de sirope canadiense, sino productos de la huerta y de “andar por casa”: medio
kilo de manzanas (reservar una para decorar), una cucharadita de levadura o
bicarbonato, 180 gramos de mantequilla, 100 gramos de azúcar (si eres más
dulzón ponle un poquito más), 250 gramos de harina (podéis utilizar versión integral,
perfecta para bloqueos intestinales), dos huevos, un limón, un puñadito de
pasas y unas dos cucharadas de miel.
En un bol, mezclar la harina con la levadura y el
azúcar, seguidamente añadir la mantequilla (derretirla un poquito antes al
microondas). Cuando tengamos una masa añadimos las manzanas, que
habremos rallado previamente, y las pasas. Añadir los dos huevos y remover todo con las
manos, sin batir. Pondremos el resultado en un molde al horno a temperatura
media unos 30 minutos. Mientras, mezclar
el zumo de un limón con dos o tres cucharadas de miel y pelar la manzana que hayamos
reservado en gajos finos. Cuando el bizcocho esté listo, sacarlo del horno,
decorarlo con los gajos de manzana, y verter la mezcla del zumo de limón con la
miel por toda la superficie, también podéis espolvorear con canela para darle un toque más reconfortantemente invernal. Volver a meter al horno sólo unos 5 minutos y apagarlo
con la tarta dentro para aprovechar el calor. El resultado será un jugoso
bizcocho de manzana, perfecto para tomar con un té o un café en tardes de frio
invierno.
Por cierto, Hipócrates también dijo "El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto
en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida." Así que también podéis acompañar la tarta con un buen vino y nada, ¡a
vivir 100 años!
2 comentarios:
Lecker!
Mmmm... Qué güeno...
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