Orange is the new Black

Y los jueves son los nuevos viernes y los cuarenta son los nuevos treinta y los pantalones de cuero son los nuevos jeans y el vermut es el nuevo gin tonic.  En estos tiempos que corren todo se reinventa y nada es lo que parece. Las Sinpelas no nos enteramos mucho de estas tendencias pero hay una que tenemos muy clara desde hace poco: el naranja es el nuevo negro.

La primera vez que supe de esta serie fue por un recuadro anunciándola en la edición digital de El País. Me llamó la atención el título y la imagen de una rubia con una bata naranja. Pensé que era una serie de enfermeras o de basureras y no me dio por investigar más. 

Hace unos días, en uno de esos ratos muertos, me puse el primer capítulo sin muchas expectativas. Es curioso cómo ahora las series llenan mi vida. ¿Serán las series los nuevos libros? ¡Espero que no! 

La cuestión es que el capítulo me encantó y me despertó ese gusanillo de querer más que, desde Breaking Bad no había vuelto a mí. Llevo tres capítulos y ya no hay vuelta atrás.

 Piper Chapman es la pija e ingenua protagonista de esta comedia dramática. Aunque es un pelín tonta es inevitable cogerle cariño desde el primer momento. Va de naranja porque acaba de entrar en prisión y de eso va la serie, de su vida allí y de su interacción con sus compañeras, de las que también vamos conociendo sus historias. A través de flashbacks también vemos retales de su ideal vida anterior con su prometido Larry.

De momento se ha emitido la primera temporada de trece capítulos y la segunda está a la vuelta de la esquina. Orange is the new Black es la serie revelación y no te la puedes perder. Cincuenta minutos en los que no te aburrirás ni un instante.