31 julio 2013

Día 1: Barcelona - Bangkok


Mel en una de las tumbonas de Doha
Salimos de Barcelona exaltadas, esperando el oro y el moro de Qatar Airways. Imaginábamos que nos recibirían con una reverencia, un margarita y un canapé al entrar. No fue para tanto pero fuimos felices igual.

Cada una tenía su pantallita y entre cabezadas, películas y, lo más importante, comida, pasamos los dos vuelos la mar de entretenidas. Por mucho que estuviéramos dormidas, la comida nunca se nos escapaba. Era como algo instintivo. Acordamos que era una vida fácil y que no nos importaría vivir por un tiempo en un avión, plácidamente y sin preocupaciones.

La sopa de la felicidad

Las ocho horas de conexión en Doha las pasamos en unas tumbonas dormitando, navegando por internet (por fin un aeropuerto con Wifi) y leyendo. Desde una de esas tumbonas Mar confundió una vez más (ya pasó en la India) el sol con la luna.


Ya en Bangkok encontramos nuestro hostal con facilidad. Se llamaba Baan Hualampong y costó 520 bahts (12 euros) una doble sin baño pero con ventilador. Fuimos allí porque está al lado de la estación de Hua Lamphong, donde al día siguiente teníamos que coger un tren temprano. Pasamos pocas horas y no tenemos ninguna queja, pero en la lista que hicimos de hoteles que más nos gustaron éste no estaba.

El tiempo que pasó entre llegar al hotel y estar sentadas comiendo una rica sopa de fideos de arroz fue de unos segundos. La felicidad que sentimos en esos momentos es indescriptible. Mel quería repetir y repetir y decía que el viaje ya había valido la pena.

Nos fuimos a dormir un poco descolocadas y sabiendo que iba a ser una noche corta porque a las 5.55 salía nuestro tren borreguero hacía Camboya.

3 comentarios:

Maruja dijo...

Seguiré paso a paso tu viaje, intuyo que va ser muy interesante. Un beso amiga Elena.

Anónimo dijo...

Es que Mar es un sol

Mastroianni dijo...

hmmm, los fideos de la felicidad! Espero que os hayais puesto mucho picante! Viva bangkok!